Restriccion uso vehiculos sin distintivo medioambiental

Como habitante de una gran ciudad, la contaminación ambiental provocada por las emisiones de los vehículos de combustión es algo que me preocupa, sobre todo por los efectos sobre la salud de las personas que vivimos aquí.

Además estamos ante un cambio histórico de las formas de transporte como consecuencia de la necesidad de reducir la emisión de gases de efecto invernadero que está provocando el cambio climático que ya estamos empezando a sufrir.

Es necesario armonizar la solución a ambos problemas que, aunque no contrapuestos, pueden interferir uno y otro.

En la huella de carbono que produce un vehículo es necesario sumar al combustible que consume durante su periodo útil el que se ha generado en el proceso de fabricación. Los ingenieros especialistas en el asunto son los que pueden facilitar los datos.

Los que vivimos en las grandes ciudades y necesitamos un vehículo de uso individual nos enfrentamos, ante la restricción de los de combustión, de adquirir un vehículo que se adapte a la nueva normativa, lo que son unas perspectivas de negocio estupendo para los fabricantes de coches. Pero también una mala noticia para la emisión de C02.

Es evidente que si se hace un uso intensivo del vehículo privado es imprescindible cambiar a uno más ecológico.

Mi caso, como el de muchos otros usuarios, es que utilizo el coche de forma esporádica para algún viaje de vacaciones o hacer la compra de vez en cuando. Esto supone que la huella de carbono y la contaminación que yo genero con este uso es mucho menor que fabricar un vehículo nuevo.

Mi propuesta, para la ciudad de Madrid, es seguir permitiendo el uso por un número de días limitado al año como se está haciendo en algunas ciudades europeas.

Por ejemplo, en Toulouse se pueden utilizar estos vehículos cincuenta días al año. El control de esta autorización no es nada complicada dado que ya está informatizado y los avisos de uso se pueden hacer a través de SMS.