La ciudad de Madrid se encuentra en una constante situación de colapso circulatorio. El volumen de vehículos privados, tanto de residentes como de visitantes hace imposible una circulación sostenible en la ciudad.
Una red con alta frecuencia de tranvías de hidrógeno, sin necesidad de instalación de catenarias, considerando su compatibilidad con la peatonalización de espacios, mejoraría la movilidad en la ciudad, dotaría de mayores espacios para los peatones y reduciría la polución ambiental. Es una solución probada con buenos resultados en muchas ciudades europeas (Praga, Viena, Berlín, Lisboa).
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